miércoles, febrero 16, 2011

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no lo aparentaba, pero tenía dos lados opuestos y a veces perfectamente delimitados: uno era soñador, sensible y filantrópico. el otro era en exceso realista, incluso pesimista.
lejos de existir un equilibrio entre ambas partes, sus sentimientos se aniquilaban unos a otros. le producían una lucha interna continua, constantemente insoportable.
a estas alturas, empezaba a darse cuenta que lado iba ganando, y no le agradaba del todo: se estaba convirtiendo en una persona hostil y amargada.

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