hablabamos la otra vez sobre el aleph señorita... hace tres años que lo leí... recuerdo no haber entendido mucho y sufrir dolores de cabeza... ahora he decidido releerlo... he terminado ya algunos relatos y aún cuando me parecen complicados creo que tenía una idea exagerada del pasado... de todas formas no he acabado... de todas formas este fragmeno es por usted...
[...] así fueron muriendo los días y con los días los años, pero algo parecido a la felicidad ocurrió una mañana. llovió, con lentitud poderosa.
las noches del desierto pueden ser frías, pero aquélla había sido un fuego. soñé que un río de tesalia (a cuyas aguas yo había restituido un pez de oro) venía a rescatarme; sobre la roja arena y la negra piedra yo lo oía acercarse; la frescura del aire y el rumor atareado de la lluvia me despertaron. corrí desnudo a recibirla. declinaba la noche; bajo las nubes amarillas la tribu, no menos dichosa que yo, se ofrecía a los vívidos aguaceros en una especie de éxtasis. parecían coribantes a quienes posee la divinidad. argos, puestos los ojos en la esfera, gemía; raudales le rodaban por la cara; no sólo de agua, sino (después lo supe) de lágrimas. argos, le grité, argos.
entonces, con mansa admiración, como si descubriera una cosa perdida y olvidada hace mucho tiempo, argos balbuceó estas palabras: argos, perro de ulises. y después también sin mirarme: este perro tirado en el estiércol.
fácilmente aceptamos la realidad, acaso porque intuimos que nada es real. le pregunté qué sabía de la odisea. la práctica del griego le era penosa; tuve que repetir la pregunta.
muy poco, dijo. menos que el rapsoda más pobre. ya habrán pasado mil cien años desde que la inventé. [...]"
fragmento de "el inmortal" extraído de: "el aleph"de jorge luis borges.
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las noches del desierto pueden ser frías, pero aquélla había sido un fuego. soñé que un río de tesalia (a cuyas aguas yo había restituido un pez de oro) venía a rescatarme; sobre la roja arena y la negra piedra yo lo oía acercarse; la frescura del aire y el rumor atareado de la lluvia me despertaron. corrí desnudo a recibirla. declinaba la noche; bajo las nubes amarillas la tribu, no menos dichosa que yo, se ofrecía a los vívidos aguaceros en una especie de éxtasis. parecían coribantes a quienes posee la divinidad. argos, puestos los ojos en la esfera, gemía; raudales le rodaban por la cara; no sólo de agua, sino (después lo supe) de lágrimas. argos, le grité, argos.
entonces, con mansa admiración, como si descubriera una cosa perdida y olvidada hace mucho tiempo, argos balbuceó estas palabras: argos, perro de ulises. y después también sin mirarme: este perro tirado en el estiércol.
fácilmente aceptamos la realidad, acaso porque intuimos que nada es real. le pregunté qué sabía de la odisea. la práctica del griego le era penosa; tuve que repetir la pregunta.
muy poco, dijo. menos que el rapsoda más pobre. ya habrán pasado mil cien años desde que la inventé. [...]"
fragmento de "el inmortal" extraído de: "el aleph"de jorge luis borges.
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2 comentarios:
obra maestra. Mi favorito es la Casa de Asterión. Se llamaba así? la memoria me falla últimamente.
ohhh.. asterión el minotauro!!!
pobre asterión!
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