yo escribo casi como hablo, poco y concreto. Así es mi
forma.
Escritores profesionales, intelectuales e intelectualoides,
lectores muy leídos e incluso yo misma, podríamos tachar tal manifiesto de
detestable, una aberración para la literatura y el conocimiento, un producto de
una mente estrecha. Pero ¿qué se le va a hacer?, estoy orgullosa de desembocar
todos mis pensamientos y sentimientos en pocas palabras, a veces contundentes,
a veces sin sentido. Me gusta editarme una y otra vez, porque páginas y páginas
de letras muchas veces me han confundido y otras tantas aburrido.
Será mi tragedia entonces, no escribir nunca una magna
novela, incluso no ser entendida en lo más mínimo. Me quedaré con plantar un
árbol, y quizá, tener un hijo…
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